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Lluvias amenazan con ahogar la Navidad de campesinos en el Atlántico

600 hectáreas se encuentran bajo el agua y se esperan más precipitaciones.

28 de noviembre de 2020 Por: LEONARDO HERRERA DELGANS

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Archivo particular

Lo paradójico es que durante meses clamaron por lluvias y ahora justamente ruegan para que estas se vayan y no ahoguen la única esperanza que tienen al terminar un año lleno de incertidumbres por la pandemia del coronavirus.

La amenaza es tan real que ya algunos gremios agropecuarios reportan daños en cosechas, pastos anegados, y advierten sobre el encarecimiento de algunos alimentos como consecuencia de las fuertes y constantes lluvias que se presentan desde hace tres meses y que se estima continuarán por lo que queda del año e incluso pueden alargarse hasta los primeros tres meses de 2021.

Los anegamientos que ya se registran en áreas de cultivos de zonas de la margen oriental del departamento, como Malambo, Sabanagrande, Santo Tomas, Palmar de Varela, Ponedera, Polonuevo y Campo de la Cruz, también generarán una mayor actividad de las plagas, los virus y las bacterias que ocasionan enfermedades.

“El 86 por ciento de los cultivos de pancoger se ahogaron por las fuertes lluvias de la primera quincena de noviembre. Esto acabó con yuca, maíz, frijoles y pasifloras”, aseguró Ramiro Manjarrez, representante de Agroribera, entidad que trabaja por el agro en esta zona del país.

Manjarrez contó que en los primeros 12 días de noviembre cayeron cinco aguaceros que representaron, según los publimetros instalados en sus fincas, 210 milímetros, que es el 20 por ciento de lo que llovió en todo en el 2020, es decir 1.120 milímetros.

“Al generarse el incremento de las aguas lluvias, las raíces cierran su recepción de alimento con el fin de no ahogarse, eliminando el proceso de crecimiento y si les sigue lloviendo se pudren en el cuello de la raíz y se muere la planta”, explicó.

Manjarrez dijo que tiene un censo de 122 familias que viven solo de lo que producen sus tierras y que estas van a pasar hambre, porque todo lo que sembraron se le perdió.

“Es gente que no sale de su tierra, cocinan en piedra y no saben lo que es una nevera. A ellos no hay quién les de la mano”, enfatizó.

Frente a este panorama, la Secretaria de Desarrollo Económico del departamento informó que están trabajando con las Umatas de cada municipio  sobre las pérdidas y efectos que están provocando las lluvias.

De acuerdo con información recopilada son 12 los municipios afectados por las lluvias y  635 agricultores  que tienen inconvenientes con las inundaciones.  En total el reporte oficial de la Gobernación del Atlántico señala que hay aproximadamente 600 hectáreas inundadas.

Lo que viene es agua

Según los últimos reportes del  Ideam,  el Caribe colombiano debe prepararse para un intenso invierno por el fenómeno de la Niña, que ya está atacando, la cual se extenderá hasta enero.

La directora del Ideam, Yolanda González, le dijo a EL TIEMPO que en las dos primeras semanas de diciembre se registrarán precipitaciones extremas y se prevé que se mantengan en lo que queda del año con valores sobre lo normal.

“Cabe recordar que para el primer trimestre del 2021 se prevén lluvias sobre lo normal, dado que seguirá presente el fenómeno de la Niña”, indicó la funcionaria, quien pidió a los agricultores estar atentos a las alertas emitidas por el Ideam frente a un incremento de lluvias.

Otro experto en temas climáticos es Omar Franco, exdirector del Ideam, que le aseguró a EL TIEMPO que, lo que le espera al país en términos de la cantidad de lluvia que falta por caer debe alertar a todas las autoridades.

“Lo que preocupa es que ya tenemos mucha agua acumulada y falta mucha más por caer en la región Andina, particularmente en el piedemonte de la Orinoquia, Amazonia, el Pacífico y la región Caribe. Es probable que existan condiciones fuertes de inundaciones y desbordamiento, crecientes súbitas, deslizamientos en sitios críticos”, explicó Franco.

Lamento campesino

José Pizarro, de 66 años, lleva varios días tratando de buscar una forma de drenar el agua que en estos momentos ahoga sus cultivos de guayaba y mango en el sector conocido como Los Bajos en el área rural de Palmar de Varela.

“Las lluvias y las brisas arrasaron con todo en esta zona”, dice el hombre que asegura en esta margen oriental del departamento son muchas las hectáreas inundadas, en especial aquellas en las que fueron sembradas con las semillas regaladas por la Gobernación del Atlántico.

Aquí se perdió todo. Desde las primeras siembras en mayo, que fue cuando cayeron las primeras lluvias, hasta las de agosto que fueron gracias a las semillas que donó la gobernación”, dijo.

Quizás lo que más entristece al hombre que toda su vida ha trabajado la tierra es el futuro incierto en el campo, al señalar que ya no se consiguen jornaleros para que siembren, ordeñen o cosechen, y que hoy son más los tiempos malos que los buenos.

“Por eso es que los jóvenes no quieren ir al campo. Ya los viejos como yo estamos cansados y no hay relevo generacional. Muchos jóvenes se van a estudiar y los que no pueden se meten a manejar mototaxi. No va a ver quién siembre, ordene ni cultive”, dice.

Por lo pronto, el viejo campesino ruega que deje de llover para que se salven los cultivos que están en la parte alta, de lo contrario afirma “solo nos tocará esperar que Dios nos mande la lotería”.

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